
Nuestro ego nos ata al pasado y hace que nos angustie el futuro. Si aprendemos a oír a nuestra conciencia intuitiva, obtendremos un balance donde nuestras esperanzas se convierten en realidad.
Nuestro espíritu es la voz divina que mora en nosotros pero nuestra atención se centra más a menudo en la voz del ego que nos incita a tener miedo para evitar ser rechazado.
Sé libre..
Sé Amor...
y este soy yo... ( ja!)