

No se cuanto tiempo llevábamos ya… dos? Tres horas?… y ya me quería quedar por siempre… me hablaban de posones, de aguas calmas y de temperaturas envidiables a las costas de chilito (son muy frías ¡! ¿Se han dado cuenta?), me contaban de …. Oh casi lo olvido ¡!! … teníamos hamaca ¡!! … como para completar la fantasía, entre dos sauces llorones, se estiraba la traicionera hamaca, que a mas de uno lo dejo de fauces en el piso, jo jo jo. Tallarines con salsa ¡!!, arroz con algún tipo de pez ¡!! .. las olvidadas sopitas ¡! … las lentejas sin sal ¡!! … los completos ¡!! .. y las chistosas empanaditas de queso ¡!! … jajaja… y no recuerdo que mas… pero esa es la composición de nuestro menú semanal… y como no mencionar, recordar y saborear (imaginariamente) esas sopaipillas grandotas de $100 ¡!! … o los benditos churros con manjar ¡!! (Claro esta que los venden a lo largo de todo chile… pero en el sure saben mejor)…
DIAS DESPUES… ( 1 de abril..)
Día comprometedor … pero ni ahí con lo de hoy.. yo les contaba lo de coñaripe cierto?... por lo leído relataba el menú semanal… y embelecos varios que devorábamos nocturnamente… ñam ñam ¡!..
Recuerdo que el día de arribo a Coñaripin… por la tarde revisaríamos los encantadores… suaves… y lejanos
“posones”… Valió la pena caminar un par de horas y aguantar los casi 32 grados de calor, aguita fresca, bichos indomables… masajes hidratantes en la espalda.. (como si se tratase de mil caballos galopando sobre la espalda según Camila..) y lo mas hilarante de la tarde… los gritos de pánico y horror de Daniela por la “gran serpiente” que se le cruzó en el camino y le saco la lengua para luego huir a toda velocidad del lugar… jaja que momento mas espantoso para ella… la culebra por supuesto…
Cansados… riendo de los sonidos emitidos por Téo, nuestro súper hiper ultra mega guía turístico en la zona… volvimos a casa… casa llena de pajarracos ( lo mencioné antes?) ... solo quería una ducha… y que conste que no me quita lo macho desear que fuera agüita tibia calentita por el calefont … pero me lleve la sorpresa de que el aparto calentador de agua no funcionaba.. pensé que sería el fin de mi virilidad… disculpen tanta sinceridad, pero era lo único que podía pensar cuando estábamos hablando de una agua realmente HELADA. Gracias al dios chanchotron que vive en las alturas del cerro (mas adelante les cuento lo del chancho violento)… me contaron que no estaba malo el calefont, si no que el pueblito es tan pequeño que no alcanza el agua para todos … es restante para algunos mientras otros la disfrutan… la presión del agua era insuficiente para encender las flamas infernales que calientan las cañerías y solamente podía concretarse tal acción en las horas de baja afluencia de publico en sus duchas, de ocio extremo como para no lavar la loza… o de aburrimiento al cuadrado, como para salir a regar el patio o las orillas del lago, solamente cuando nada de eso sucedía, podíamos disfrutar de la bella sensación del agüita tibia sacando las cochinadas que acumulabas en el día, mas o menos a las 11 de la noche.


(sigo después… me quede en white ¡! )
(DIA MUY DESPUES DE LO ÚLTIMO ESCRITO)
Algunos de los días pasados en el sure, los recuerdo con mi dedo pulgar estirado hasta mas no poder… y el roce del viento que hacian los autos quitaba un poquito el calor de la carretera… o mas entretenido aun ¡! Se llevaba a los bichos que se querian comer a mi Anncita ¡! .. la familia shusheta, el tipo cool que no veía a su esposa hace como dos semanas, la señora que manejaba con un perrito en sus faldas, son algunos de los buenos samaritanos que se apiadaron de nosotros y nos acercaron a nuestros destinos.
Una de las cosas bellas que mas me impresionó, fueron las nubes… normalmente para mi las nubes tiene un destino, tienen su recorrido y un cierto parámetro que no pasan jamás. Las cuales vi yo, eran libres, gigantes, felices, no parecían tener restricciones, crecían hasta no dar más y podían correr al lugar que ellas quisieran, las podía disfrutar en su magnitud y brillaban junto al sol. Una vez contemplaba una de estas escenas en la orilla del lago, placidamente en mi toalla, y sin percatarme, cientos de “chinitas” mordían alguna parte de mi cuerpo y el de las demás personas presentes, a mi Anncita también la masticaron, no se si a Camila que también “dormía” en la placha… pero eso no tiene nada que ver con las nubes.

¿Cuánto caminaste tu por la carretera?…
